jueves, 25 de julio de 2013

Only God Forgives (2012)

ahora sí. no sé hace cuánto que no veo una película que tenga toodo lo que me gusta del cine, probablemente no sea hace mucho, porque soy una exagerada, obvio, pero cómo no serlo con semejante filme.
nicolas winding refn ya me había impresionado con Pusher allá por mi adolescencia cuando con mi amiga pía alquilábamos los vhs de El Ojo del Cine. más tarde, el año pasado sin ir más lejos, un grandioso día en bs as en el que pasaron muchas cosas y no tenía nada que hacer, le digo a guido que nos encontremos en un cine horrible del centro a ver Drive.
bueno, Only God Forgives es para mi gusto 10.000 veces mejor, sobre todo por el alto contenido de esa violencia estilizada tan adorada por quien les escribe. no hay nada que me entretenga, conmueva y estremezca hasta las huesos más que este tipo de películas, donde el tiempo parece estar como condensado, o en una especie de tupper que funciona como maqueta, con lucecitas de colores, juegos y música. así es el clima de OGF, todo el tiempo, una mezcla de ensueño y acción, de escenarios totalmente montados para que suceda una sola cosa, una sola acción, aletargada, para suavizar el impacto. hay momentos en los uno entiende que no pasa absolutamente nada, que nada tiene sentido en la película, justamente porque el entramado de las imágenes es lo que narra. casi nadie tiene nada para decir. lo único que pasa a ese nivel es cuando la madre de julian, la irreconocible y fantástica kristin scott thomas, le habla a su hijo desde el fondo de ese corazón muerto que tiene ahí adentro y le dice que es verdad que ella no lo entiende, que él tiene razón, etc. ryan gosling debe decir dos palabras en toda la película, sólo deambula cual zombi por ahí, como un espectador casi impotente, salvo cuando se decide a reaccionar, pero no puede salvar a nadie ni quiere tampoco.
la película es realmente perfecta, cada escena, cada cuadro está inquietantemente detallado, cada cosa está ahí porque tiene que estar y cada escena se vincula con la siguiente con la sutileza de un
maestro del cine. no escatima en imágenes de violencia, pero lo hace de una forma tan sutil, con el sólo hecho de ahogar un grito descarnado, o llevarte hasta el extremo de querer taparte los ojos (como le dice el tailandés a las mujeres: que pase lo que pase mantengan los ojos cerrados). escenas de ese tipo hay miles, o parecen ser miles, porque todo está tan bien tejido.
otra vez Refn trabaja con Cliff Martinez, que con su música genera unos ambientes exactos para el desarrollo y el revuelo de las situaciones que propone Nicolas. los cuadros musicales son escenas del cine más puro y agradable que yo haya visto. es como la suma de las mejores escenas de tus directores favoritos. la vería todas las noches, porque es tan buena y entretenida que seguramente me hace despertar con la espléndida sensación de que sí hay películas que puedo ver enteras y que no me dan sueño, sino que me despiertan y me hacen creer nuevamente que el cine es algo verdadero y posible. bueno, me pasé, pero en serio, hacía mucho que no veía algo que realmente tuviera todos los ingredientes de lo que, al menos yo, considero cine, y que es esa cuestión de contar con las imágenes, simple y llanamente.

Sólo dios sabe (2013)

me levanté inclinada hacia la poesía. tal vez sea porque anoche leí a una chica rubia que escribe muy bien y poético y quise ser como ella. cuando yo era más chica escribía así: lírico, ahora hablo y hablo, narro un montón de cosas que no tienen la contundencia de decir que tomaste una taza de café y el cielo estaba amarillo y había hollín en el piso del patio de invierno. tal vez ahora piense más o quiera escaparme de la telaraña que emerge de las redes sociales, de estar todo el día conectado, de ser un infeliz. la chica rubia que escribe bien decía algo así de facebook, que la gente ahí mostraba su infelicidad. sentí un poco de náuseas, la verdad. más náusea de lo que me puede haber generado una escena de Only God Forgives en la que el mafioso oriental le cruza una peineta como una cuchilla al mafioso colorado de oreja a oreja. cerré los ojos en esa escena. la película no tiene mucho sentido, pero hay algo en las imágenes de violencia, una estética puntualmente de la ficción, porque tengo la sensación de que la violencia no puede ser real, no es real, por eso es que nos fascina tanto. me desperté balbuceando un sueño recurrente en el que alguien me pregunta cómo son las niñas, qué las diferencia de los niños, así, como si fuesen seres de otra naturaleza, los niños y las niñas, y yo me quedo tildada en decir que las niñas tienen el pelo largo y rizado y la piel suave y rosada, y eso es todo, pero que también tienen las rodillas ásperas y paspadas y son malas y salvajes como esas flores silvestres de color amarillo. en cambio los niños son buenos y necesarios como el carbón, eso digo, como el carbón. como si estuviera pensando en películas norteamericanas parecidas a la novicia rebelde o mary poppins.

por ahora decidí apagar todo esto, olvidarme de la chica rubia, almorzar una pastilla de espirulina, tomar café, no atravesar a nadie con una filosa peineta de oreja a oreja y reflexionar acerca de que ryan gosling no está tan bueno, y tiene tetas de niña, al menos en esta película, y kristin scott thomas parece una madre travesti.

sábado, 20 de julio de 2013

Crumb (1994)


hablando con andy birks llego a este documental sobre el dibujante, ilustrador, creador de comics Robert Crumb, producido por David Lynch y dirigido por Terry Zwigoff. si bien nunca me interesaron mucho los comics, tal vez porque me fascinaron siempre más la literatura y el cine que los dibujos y las pinturas, o tal vez porque soy una artista plástica fracasada (blaah), me gustaría leer alguna de las historietas de Crumb, que a partir del dibujo muestra un mundo horrible que siempre lo rechazó por freak, o por lo que fuere. así y todo el tipo se las ingenió para culiarse a varias de esas mujeres que tanto desprecio como deseo le produjeron a lo largo de su vida. los dibujos de crumb son obscenos, montruosos, patéticos, misóginos, racistas, violentos y de una intensidad irresistible, o sea, dibuja muy bien, eso es todo lo que puedo decir "técnicamente" hablando. volviendo al documental, que es lo que más me interesa, me quedé totalmente alucinada por estos tres hnos. que son como los tres chiflados, de hecho, el más normal, digamos, de los crumb es robert, porque max es como una especie de fakir , que se rescató de casi ser un violador, pero que es esquizofrénico si mal no recuerdo, y también artista plástico. charles, quien es el ídolo de robert, y por quien le viene la pasión por el dibujo es un tipito hermoso y depresivo que vive con la madre y sus gatitos en una habitación estrecha, con muchos libros, que ya ni lee y que trató de suicidarse un par de veces. lo más emotivo acerca de charles es su lucidez y sentido del humor, y lo que más admira de él robert, además de haberle pasado la pasión por el dibujo, es esa capacidad para alienarse, para alejarse del mundo real, capacidad que también lo llevará prácticamente a desaparecer.
la vida de r. crumb es como la venganza de los freaks, porque finalmente el tipo logra anclarse en el mundo, tener una familia, culiarse minitas, etc. desde el lugar más raro del universo: el de ser amado por irreverente. así, de alguna forma, con su fama, logra reivindicar a sus hnos. y al under en general, negándose también a las grandes ofertas que recibió cuando se hizo conocido. so, on your face america!
me gustan los documentales sobre artistas en general (jaa), y este es excepcional, bastante. Gracias biiirks!

martes, 16 de julio de 2013

The Truth about Cats & Dogs (1996)

la verdad acerca de perros y gatos es una comedia romántica común y corriente y no demasiado brillante, pero a diferencia del resto de las comedias románticas tiene un planteo acerca de la autoestima, que se refleja en su protagonista, la veterinaria Abbey Barnes, interpretada por Janeane Garofalo, que si bien no cumple con los cánones de belleza por los que se rige el mundo, es bastante linda, culiao. la historia gira alrededor de esta encantadora, culta, inteligente y graciosa veterinaria, que tiene un programa de radio al que la gente llama para que ella los ayude con sus mascotas. la cosa se arma cuando llama Brian, un chico sensible, que saca fotos, y se queda enganchado con un perro en una sesión porque el chabón no se quiere sacar los patines, o sea el perro, entonces llama al programa de Abbey y ella le enseña como tranquilizar al perro, acercarse a él y de esa forma poder sacarle los patines. una vez que lo logra, abbey incita a brian a quedarse con el perro. finalmente, lo convence. brian queda fascinado por la forma en que logró convencerlo y quiere darle las gracias personalmente así que la invita a salir, y como abbey no se siente muy cómoda consigo misma porque es bajita, gordita (ni tanto), no se pinta, se viste como de un sólo color (?), le dice que sí, pero sabiendo que no va a ir. en ese momento el chabón le pregunta cómo es ella para reconocerla, ella mira una propaganda de una revista y le dice que es rubia, alta y flaca.
abbey nunca acude a su cita con brian. en el medio conoce a su vecina, noelle (uma thurman), que tiene un novio que es como un fiolo. una noche, tocando el violín en su casa, con su gatito/a abbey los escucha pelear y sale afuera a defenderla. el chabón le está diciendo gorda a uma thurman! OSEA. bueno, listo, todo dicho, la película es acerca de ser rubia, alta, flaca y tonta; y ser petisa, gordita y muy capa.
noelle y abbey van a comenzar una profunda amistad basada en la admiración mutua, pero el quilombo se va a armar cuando brian vuelva a la carga por abbey, ya que no fue a la cita que tenían, y abbey, tan insegura de sí misma, va a ser un tramullo malísimo para que noelle se haga pasar por ella casi sin querer queriendo.
la película es moderada, en todo sentido, es moderadamente graciosa, moderadamente romántica, está aceptablemente escrita y tiene un par de escenas muy bien filmadas para mi gusto, que resaltan el paisaje. la ciudad en la que viven no sé cuál es, o no me acuerdo, pero es muy hermosa. el acento inglés de ben chaplin hace a su personaje muy atractivo y seductor, y uma thurman, bueno, no sé, ya saben, a mí no me gusta uma thurman at all, así que no tengo nada que decir de ella. hay una situación muy lograda, más o menos a la mitad, que es cuando brian y la verdadera abbey tienen una laarga conversación telefónica, que no tiene nada que envidiarle a la era de las redes sociales B-)
Insisto, janeane garofalo es muy linda, culiao! bueno, está bien la peli, entretenida, y todas las gorditas, petisas e inteligentes #síclaro nos vamos a sentir bien con esta comedia de los 90's.